El hashing es una técnica fundamental en el mundo de la informática y la seguridad de la información. Consiste en transformar un conjunto de datos, como un archivo o un texto, en una cadena de caracteres de longitud fija, conocida como hash. Este hash actúa como una huella digital única del contenido original, lo que permite verificar su integridad y autenticidad. Para los abogados y profesionales del derecho, entender cómo funciona el hashing es cada vez más importante, especialmente en contextos que involucran la firma electrónica de documentos y la protección de datos.
¿Qué es un Hash?
Un hash es como una “huella digital digital” – es decir, una cadena única de caracteres que se genera a partir de cualquier tipo de información (texto, archivos, imágenes, etc.). Esta huella tiene algunas características especiales:
- Siempre tiene el mismo tamaño, sin importar qué tan grande o pequeña sea la información original.
- Si cambias aunque sea un minúsculo detalle en la información original, el hash resultante será completamente diferente.
- No se puede obtener la información original a partir del hash. Es decir, es un proceso de una sola vía.
Para explicarlo en términos más cotidianos: Imaginá que tenés una máquina rotuladora que funciona de una manera muy particular. Cuando le entregás cualquier objeto del mundo físico, esta máquina va a generar un código único e irrepetible, como si fuera el ADN digital de ese objeto.
Pensemos en un ejemplo concreto: Si le entregás una pelota de tenis nueva, la máquina va a analizar minuciosamente cada aspecto de esa pelota – su peso exacto, el patrón del tejido, la presión del aire interior, la distribución del color, hasta las más mínimas variaciones en su superficie. Con toda esta información, la máquina genera un código único, digamos “X7K9P2M5”, que funciona como su huella digital.

Lo interesante es que si tomás esa misma pelota y le hacés aunque sea el más mínimo cambio – imaginá que le hacés un pequeño corte con un cutter o simplemente la dejás caer y se mancha- cuando la volvés a pasar por la máquina, el código será completamente diferente, por ejemplo “L3T8N4R9”. Esto sucede porque la máquina es extremadamente sensible a cualquier modificación, por más pequeña que sea.

Además, este sistema tiene tres características fundamentales que lo hacen especialmente útil:
Es único: La probabilidad de que dos objetos diferentes generen el mismo código es prácticamente nula.
Es irreversible: Si tenés el código “X7K9P2M5”, es imposible reconstruir exactamente cómo era la pelota original a partir de ese código.
Es consistente: La misma pelota, en el mismo estado, siempre generará el mismo código.
Esta característica hace que los hashes sean fundamentales para verificar la integridad de archivos, almacenar contraseñas de forma segura y crear firmas digitales, entre otros usos en la seguridad informática.
¿Para qué sirven los Hash en el mundo del Derecho?
La utilidad del hashing en el ámbito legal se puede observar especialmente cuando hablamos de la integridad y autenticidad de documentos. El hashing te proporciona una solución tecnológica robusta para garantizar estas características esenciales.
Pensá en un caso práctico: tenés un contrato importante entre dos empresas. Tradicionalmente, para garantizar que un documento no haya sido alterado, necesitabas múltiples copias físicas, firmas en cada página, gastos notariales, gastos de custodia, etc. Con el hashing, podés crear una “huella digital” única del documento en el momento de su firma. Si posteriormente alguien intenta modificar, aunque sea una coma del contrato, el hash va a cambiar completamente, revelando inmediatamente la alteración.
Esta tecnología resulta especialmente valiosa en varios contextos:
En procesos judiciales, el hash puede demostrar que una prueba electrónica no ha sido manipulada desde su recolección inicial. Imaginá un caso donde presentás un correo electrónico como prueba; el hash te permite verificar que el contenido del correo es exactamente el mismo que recolectaste originalmente.
En el ámbito notarial, los hashes te permiten certificar la existencia de un documento digital en un momento específico. Un escribano puede registrar el hash de un documento, creando así una prueba matemática de que ese documento específico existía en una fecha determinada.
Para la firma electrónica de documentos, el hashing es fundamental. Cuando firmás digitalmente un documento, en realidad estás firmando su hash, lo que garantiza que cualquier modificación posterior va a invalidar automáticamente la firma.
En temas de propiedad intelectual, el hash de una obra (sea un texto, una imagen o un software) puede servirte como prueba de su existencia en un momento determinado, ayudándote a establecer precedencia en casos de disputa por derechos de autor.
La característica de irreversibilidad del hashing también resulta valiosa para el cumplimiento de normativas de protección de datos. Por ejemplo, cuando necesitás verificar la autenticidad de un documento sin necesidad de acceder a su contenido sensible, el hash te proporciona esta capacidad sin comprometer la confidencialidad.
En esencia, el hashing se ha convertido en una herramienta fundamental para la seguridad jurídica en el entorno digital, permitiéndote verificar la integridad de los documentos, certificar su existencia en un momento específico y garantizar que no han sido alterados, todo esto de una manera matemáticamente comprobable, sumamente económica y accesible para todos.
Diferentes Algoritmos de Hash
Existen varios algoritmos para generar hashes, cada uno con sus propias características y niveles de seguridad. A continuación se describen algunos de los más utilizados:
1. MD5 (Message Digest Algorithm 5)
- Desarrollado en 1991, MD5 produce un hash de 128 bits (32 caracteres hexadecimales).
- Aunque fue popular para verificar la integridad de archivos, hoy se considera inseguro debido a vulnerabilidades que permiten colisiones (dos entradas diferentes que producen el mismo hash)
- No se recomienda para aplicaciones críticas debido a su debilidad frente a ataques.
2. SHA-1 (Secure Hash Algorithm 1)
- Creado por la NSA en 1993, genera un hash de 160 bits.
- Utilizado en la verificación de archivos y firmas digitales.
- Al igual que MD5, SHA-1 ha sido desaconsejado para usos críticos debido a sus vulnerabilidades.
3. SHA-2 (Secure Hash Algorithm 2)
- Introducido en 2001, incluye varios tamaños de hash (224, 256, 384 y 512 bits).
- Ampliamente utilizado en aplicaciones que requieren alta seguridad, como la firma digital y la protección de contraseñas.
- Considerado seguro y recomendado para la mayoría de las aplicaciones actuales
4. SHA-3 (Secure Hash Algorithm 3)
- Publicado en 2015 como una alternativa a SHA-2, también ofrece múltiples tamaños de hash.
- Utilizado en aplicaciones modernas debido a su robustez.
- Muy seguro y recomendado para nuevas implementaciones.
5. BLAKE2
- Un algoritmo más reciente que es más rápido que SHA-3 y mantiene un alto nivel de seguridad.
- Ideal para aplicaciones que requieren eficiencia sin sacrificar seguridad.
- Muy recomendado para aplicaciones donde el rendimiento es crítico
¿Cuál es el Mejor Algoritmo?
La elección del mejor algoritmo depende del contexto y los requisitos específicos:
- Para aplicaciones donde la velocidad es esencial, pero aún se necesita seguridad, BLAKE2 es una excelente opción.
- Para la mayoría de las aplicaciones comerciales y legales donde se requiere alta seguridad, SHA-2 o SHA-3 son las mejores elecciones debido a su resistencia a colisiones y ataques.
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Esta noticia fue redactada con ayuda de Inteligencia Artificial. Utilizamos el modelo Claude 3.7 sonnet de Anthropic.
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